Pepe Cureño / Agencia Cuestión de POLÉMICA
Desde hace muchos años hemos oído de manera (casi) religiosa en cada proceso electoral que nos enfrentamos a la madre de todas las batallas, que estamos viviendo una elección sin precedente alguno y que en ella se definirá el futuro de la nación y casi casi el destino de la humanidad misma, sin embargo, escuchar eso una vez más no es casualidad y más por qué tal vez en está ocasión no sea una exageración o parte de un cliché político que se sigue transmitiendo generacionalmente, sino la oportunidad de cambiar en las urnas una seria equivocación.
Las elecciones intermedias del 2021 serán el gran ensayo para la oposición y la alianzas para poner a prueba la indestructibilidad del Leviatán obradorista, que se encuentra confiado en que la inercia de las elecciones del 2018 y la popularidad de AMLO le alcancen todavía a pesar de los malos resultados de su administración para poder repetir; la confianza ciega traducida en soberbia entre los que detentan el poder y los que los que lo quieren será su perdición.
Pero ¿qué hace diferente esta elección de las demás? Pues que ahora, las y los que sufrieron los embates antidemocráticos de quienes en su momento detentaban el poder usaran esa misma fuerza contra ellos, lo único que realmente está haciendo un contrapeso “fuerte y real” a este hiper-presidencialismo autoritario es el INE, nuestro Instituto Nacional Electoral con todas sus virtudes y defectos es la señera institución autónoma que continua en pie de lucha contra el control absoluto de la cuarta transformación. El INE que es fruto de un proceso democrático difícil, largo y sangriento corre peligro-
El hecho de que MORENA vuelva a ganar “carro completo” en las cámaras sería un grave error que no se debe de repetir, espero que la ciudadanía consiente de esa situación no cometa la garrafal equivocación de no ponerle un contrapeso a – las ocurrencias – del presidente, que no tiene quién le diga que no a sus caprichos, que basados en los últimos datos de la Auditoria Superior de la Federación (que después mágicamente se retractaron de ellos) encontramos diversas irregularidades por varios millones de pesos, situando una vez más entredicho la honestidad del mandatario y sus huestes.
La subjetividad de los datos siempre estará en su libre interpretación y manejo a conveniencia de quien los use, empero ello, los números difícilmente mienten, porque por más que se quieran maquillar y tergiversar la realidad misma es más aplastante que los datos mismos, la polarización de la nación en algún momento le cobrará la factura al mandatario, tarde que temprano el dividir y denostar se convertirá en un globo de agua que algún día se romperá… y no es que quiera meterles presión a mis correligionarios y aliados, pero lo que no sembraron en 2 dos años y medio no lo harán en una campaña, por tal motivo urge que metan el acelerador y trabajen una estrategia clara desde local cuando menos para luchar por recuperar lo más urgente para la nación, que es un congreso autónomo de las decisiones unilaterales de palacio nacional.
¡Nos leemos pronto!